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Los CENTROS RESIDENCIALES son recursos alojativos, dirigidos a personas con adicciones a drogas que no logran dejar de consumir desde un tratamiento ambulatorio, y requieren de un ingreso residencial.
Además, ofrece atención a personas en situaciones de vulnerabilidad social.
La metodología de los centros residenciales viene de las tradicionales COMUNIDADES TERAPÉUTICAS, y son centros dónde por un lado, se ofrece cobertura a las necesidades básicas y alojamiento para poder realizar el tratamiento; y por otro lado, un sistema de convivencia que favorece el cambio personal, a través de la vivencia con otras personas, cumplimiento de responsabilidades y horarios, aprendizaje vicario de habilidades sociales y cognitivas, etc.
La persona ingresa en el centro, después de haber asistido a entrevistas iniciales en los Centros de Día, y presentar analíticas de detección de enfermedades infectocontagiosas y detección de Covid 19.
Una vez entra en el centro, se le asigna un/a Terapeuta de Referencia, que le acompañará junto con otra persona usuaria, en la fase de adaptación a la convivencia y dinámica del centro: horarios, responsabilidades, normas, habitaciones, etc.
Una vez la persona logra adaptarse a la dinámica del Centro, comienza su tratamiento de terapia grupal, terapia individual y formación; a la vez que participa de la convivencia del centro y toma de decisiones del mismo: se le asigna una responsabilidad y un sector de trabajo (limpieza, comedor, administración, lavandería, ocio y tiempo libre, etc.) que servirán de aprendizaje para el entrenamiento en habilidades sociales y cognitivas.
El centro cuenta con todo tipo de servicios: alojamiento, comedor, cocina, aseos, huerta ecológica, cancha y gimnasio, invernadero y lavandería, etc. además de acompañamiento educativo 24 horas.


