Hoy es el día Internacional de las personas voluntarias.
Personas que nos regalan un tiempo, que no recuperan
Quizás porque se llevan más de lo que pensaban llevarse, y eso les compensa.
Difícil de entender, de comprender cómo en este mundo a veces tan cruel, tan despiadado bajo el yugo de lo inmediato,
de la búsqueda de la felicidad a costa de lo que sea.
Y en medio de todo eso, aparece una persona voluntaria y te regala dos horas a la semana. Así, sin más. No es de loc@s?
Parece tan increíble, que es un acto de heroicidad.
Son héroes y heroínas.
Entender esto, es comprender que las personas voluntarias son ciudadanos y ciudadanas, que por distintas motivaciones personales, familiares, humanísticas, políticas, ... Deciden hacer algo.
Algunas de estas personas, ni si quiera son conscientes de la transcendencia de su acción. Algunos y algunas, no lo saben, pero están cambiando el mundo.
Están construyendo otra forma de estar en él.
Cómo si no? Cómo hace 27 años que impulsaron un Centro de Acogida para personas drogodependientes?
Madres coraje, que junto a Don Antonio hicieron posible las “Acogidas”: atendían el teléfono, arreglaban despachos… movían el cielo con la tierra por ayudar a otras madres: Lola, Mari Carmen, Isabel, Conchi, Mª Jesús, Bea …
Siempre en nuestro recuerdo Don Ruperto, un papá coraje que durante años nos abría la puerta cada mañana, para hacernos café y leernos las noticias. Tu espacio no ha sido posible llenarlo. Desde que te fuiste, no es lo mismo.
Altas terapéuticas, que se quedaban para ayudar a sus “compañeros y compañeras”, orgullosos de sí mismos y con la ilusión de devolver la ayuda que habían recibido.
Abogados, médicas, albañiles, estudiantes, , ciudadanos y ciudadanas que desde un espíritu altruista y solidario, se acercaron a nosotros y nosotras de muchas formas, para ayudar en lo que hiciese falta: Carlos, Juan Enrique, Daniel, Julia, Víctor, Vicente, Teresa, Ray, Manolo, Magdalena, Erika, Beatriz, Goretti, Juan, Sarita, Melisa, Yolanda, Andrea, Olga, Santiago, Cristina, Omaira, Lucía, Encarna, Soledad, Gema, Victoria, …
Cada uno de ellos, nos ha dejado su huella.
Nuestras jefas de grupo, Merchi y Carmen. Casi 15 años acudiendo semanalmente a ayudar a familias que no encuentran salida.
Marisa y Amelia, a las que no tendremos nunca cómo agradecer la fidelidad y la cercanía, así como su entrega sin más a nuestra causa, en todos los sentidos de la palabra entrega.
Para nuestra doctora Lourdes, que desde los inicios, no ha dejado ni una sola semana de acudir a nuestros centros a ver a “sus chic@s”. Gracias Lourdes.
Para nuestras altas, que son muchas y muchos. Pedro, Alberto, Miguel, Yeray, Víctor, Amanda, Fran, Abian, Diego, Nayra, Juanma, Mario, Marcos, Octavio, Manuel, Lorena, Abraham, Enok, Victor Manuel, Toni, Jorge, Agustin, Juan Diego, …
Cada una de “l@s chic@s de prácticas” que se han quedado para aprender y contagiarnos a nosotros y nosotras su espontaneidad e ilusión.
Tod@s l@s voluntari@s del Espacio Solidario, que abren cada día la “tiendita”, dónde no sólo se recogen donativos, sin que además llenan de alegría el corazón de sus “client@s”: Isabel, Mari, Juani, Fernanda, Piedad, Meli, Julia, Amelia y Marisa.
GRACIAS.
Por enseñarnos a que el amor incondicional es posible, a pesar de este mundo loco en el que vivimos; y a que la vida, con toda lo dura que es, es un regalo vivirla a vuestro lado.